Uno de los motivos por los que porcentualmente en mayor número de ocasiones son activados los Servicios de Urgencia, en este caso el Servicio Foral de Coordinación a Urgencias Sociales (SFCUS), es la violencia de género que enfrentan gran número de mujeres.

Este tipo de activaciones requieren de una atención profesional inmediata ante la situación de crisis en que se encuentra la mujer. Es el momento en que empujadas por episodios de violencia y/o agresividad acuden a la Comisaría, el Hospital, o a los Servicios de atención de urgencia en busca de respuestas diferentes que afiancen sus decisiones.

La violencia de género, que tantas mujeres enfrentan por parte de sus parejas sentimentales, no es sino una expresión del abuso de poder que el propio Sistema les otorga. A través de esta violencia ejercen sobre ellas crueles formas de sometimiento, que dañan su autoestima y autonomía, en demasiados casos.

El enfrentar una situación de violencia implica, por parte de quienes lo hacen, una búsqueda constante de formas para mantener un equilibrio que garantice su bienestar emocional y cognitivo. Sometidas a la disonancia constante que provocan las expresiones de violencia de genero, necesitan una atención inmediata que les aporte seguridad, confianza y comprensión.

Las crisis implican un punto de inflexión en el devenir del proceso personal de toma de conciencia de la situación que se está enfrentando. Como profesionales prestamos especial atención: a la escucha activa, a la observación, para identificar las herramientas personales de las que la mujer dispone; y al lenguaje no verbal.

Ámbito de actuación ante situaciones de agresión

Ante una agresión, las mujeres normalmente presentan un estado de confusión, ansiedad y desorientación. El papel de la trabajadora social en la entrevista de urgencia tiene como objetivo fundamental redefinir el problema, reformular la narrativa y poner de relieve la subnarrativa que subyace de su testimonio, de la cual la mujer, en ocasiones ni siquiera es consciente. Contribuimos a redimensionar, a reformular, a construir un nuevo relato.

La intervención de los Servicios de Urgencia es una intervención clave porque transforma, y es que, aunque en ocasiones las mujeres decidan no romper la relación, o interponer denuncia lo relevante es que obtengan nuevas ideas, estrategias, escuchen otras voces empoderantes que les ayuden a avanzar en su proceso de toma de decisiones.

Se trata de una actuación estructurada y centrada en la persona, que legitime el sufrimiento frente a la naturalización del mismo; que alivie las manifestaciones sintomáticas de la persona. Flexible, porque cada mujer es diferente y sus reacciones, necesidades, su historia es distinta. Se trata de permitir la expresión libre de emociones.

Informar y orientar son otros de los objetivos de nuestra intervención. Puede prevenir futuras situaciones de riesgo o promover el contacto con otras profesionales. En ese sentido, es fundamental que la información sea la que la mujer necesite, suficiente y clara, preferentemente por escrito.

El papel de las trabajadoras sociales

Indudablemente las trabajadoras sociales, cuando intervenimos en crisis, usamos la creatividad para imaginar soluciones ad hoc a las situaciones que se nos presentan.

Toda nuestra actuación contribuye al fortalecimiento de la mujer en cada intento de afrontamiento que realice. Contribuirá a restaurar su homeostasis y a aumentar su resiliencia como forma de hacer frente a la realidad que vive.

Galeano decía, que los Derechos Humanos tendrían que empezar en casa, nuestro trabajo en cada intervención de urgencia es construir casas alternativas llenas de Derechos y Oportunidades.

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