La gestión emocional o gestión de las emociones pone el foco en ser conscientes de las emociones que sentimos, reconocerlas para aceptarlas y regularlas si es necesario. Vivimos en una sociedad que tiende a considerar las emociones como conductas irracionales pero la realidad es que éstas forman parte de nuestro ser y están presentes tanto en el ámbito personal como profesional.

Si nos centramos en el ámbito profesional y éstas no son abordadas de forma adecuada, las personas tendemos a sufrir lo que se conoce como el Síndrome de Burnout. Literalmente significa “quemado” y es un tipo de estrés laboral que se traduce en sentir agotamiento físico, emocional y mental. Tiene consecuencias muy negativas en la autoestima de las personas, influye en el sentido de la responsabilidad en nuestro día a día y, si no se aborda a tiempo, puede provocar depresión en las personas que lo padecen.

En el ámbito socio-sanitario, el desgaste psíquico es una de las principales causas de riesgo psicosocial y está comprobado que las personas trabajadoras de profesiones asistenciales corremos mayor riesgo de sufrirlo.

Rasgos fundamentales del Síndrome de Burnout.

En nuestra actividad, tres son los rasgos fundamentales que nos pueden servir de ayuda para identificarlo:

El cansancio emocional. Implica sínto­mas de pérdida de energía, agotamiento físico y psíquico, fatiga, y sentimientos de encontrarse al límite y ser incapaces de seguir con su labor

La despersonalización. Supone la aparición de actitudes y sentimientos negativos hacia las personas usuarias. Se produce un alejamiento o distancia­miento emocional e irritabilidad y rechazo manifiesto.

La sensación de falta de realización personal. Provoca grandes sentimientos de incapacidad, baja autoestima, pensar que se ha fracasado, baja efectividad, irritabilidad, percep­ción negativa de uno mismo y de su trabajo, evitación de relaciones interpersonales y profesionales, baja capacidad para tolerar la presión, sintomatología depresiva, etc.

¿Cuáles son los síntomas?

Su padecimiento lleva asociados una serie de síntomas que suponen un coste personal, organizacional y social importante, que conviene prevenir:

Síntomas Psicosomáticos, como fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas de sueño, úlceras u otros desórdenes gastrointestinales, pérdida de peso, hipertensión, asma, dolores mus­culares (espalda y cuello) y en las mujeres, pérdida de ciclos menstruales.

Síntomas Conductuales, que provoca absentismo laboral, abuso de sustancias, aumento de la conducta violenta, comportamientos de alto riesgo.

Síntomas Emocionales como distanciamiento afectivo, irritabilidad, rece­los, incapacidad para concentrarse, baja autoestima y deseos de abandonar el trabajo, ideas suicidas.

Síntomas Defensivos, en formato de negación de las emociones, atención selecti­va, ironía, racionalización, desplazamiento de afectos.

Razones para integrar la práctica de Mindfulness.

La práctica de Mindfulness favorece la atención, la concentración y el vivir en el presente, aceptándonos desde el reconocimiento de lo vivencial. Aprender a meditar, gestionar la respiración y aceptar sin enjuiciar nuestros pensamientos y sentimientos son la base angular de esta práctica y se convierte en una herramienta clave para gestionar nuestras emociones y promover la autorregulación de éstas.

Si la práctica se incorpora en nuestro día a día, se consigue trabajar la atención plena y se minimiza el efecto de las emociones que nos molestan porque se gana en consciencia del qué y en el aquí y ahora.

La tendencia habitual de las personas respecto a las emociones que nos perturban es optar a la negación de éstas o bien a la involucración por exceso. Si las personas somos capaces de incorporar una actitud mindful en nuestro día a día, tomamos consciencia de lo que estamos viviendo y podemos revertir o redirigir su efecto.

En definitiva, aprendemos a cambiar la forma en la que nos enfrentamos a las experiencias emocionales más que a tratar de modificarlas.

En Grupo SSI ofrecemos a nuestro personal cursos relacionados con la gestión de las emociones y han tenido una gran acogida. En éstos, abordamos herramientas prácticas que puedan ayudarnos en nuestro día a día. Convencidas de los beneficios que nos aporta ser capaces de gestionar nuestras emociones en todos los ámbitos de la vida.

Gestión de emociones