Diálogos con nombre propio, miradas que comparten su visión sobre la situación provocada por la alarma sanitaria provocada por el covid-19, es un nuevo formato de SSI Berriketan. Nos acompaña Paco Dehesa (doctor en Veterinaria y, entre otros cargos, ha ostentado la dirección del Área de Acción Social en el Ayuntamiento de Bilbao), Maria Luisa Mendizábal (durante muchos años, al frente de Grupo SSI). Facilita Isabel Massa.
La sesión íntegra se encuentra en el canal de YouTube de Grupo SSI.
Vídeo completo jornada SSI Berriketan – miradas con nombre propio
Paco, Mª Luisa e Isabel repasan cómo la situación de alarma sanitaria, provocada por el Covid-19, ha cambiado nuestros comportamientos, hábitos y realidades, en el ámbito del apoyo comunitario, el voluntariado y la respuesta que, como sociedad, hemos dado.
La llegada de la pandemia nos ha hecho revisar y cuestionar algunos de los valores presentes en nuestra sociedad y, a su vez, nos ha descubierto que somos parte de una comunidad y que, como tal, nos hemos volcado con los colectivos más vulnerables y frágiles como son muchas de las personas mayores. Se pone de manifiesto la importancia de recuperar la comunidad y mantener ese apoyo informal que aporta, porque hay vida comunitaria en los barrios.
Tanto Paco como Mª Luisa comparten sus experiencias y cómo sus comunidades han reaccionado para arropar a personas frágiles, cómo la ciudadanía se ha organizado para dar respuesta a las necesidades sobrevenidas por esta crisis.
Algunas experiencias compartidas apuntan a que, durante el periodo de confinamiento, las relaciones primarias se han visto fortalecidas o, incluso, han surgido nuevas en un contexto donde, en la época pre – covid, no existían. ¿Se ha abierto una ventana a la comunidad? ¿Cómo hacer para que no se cierre? ¿Cómo potenciar las relaciones intergeneracionales para que éstas garanticen el apoyo mutuo?
Durante la sesión, también se aborda el papel de la tecnología y las personas mayores en tiempos de confinamiento. Se constata cómo la tecnología puede acercar a la familia, ser un apoyo en las tareas cotidianas como la realización de compras, operaciones de banca, consultas médicas, incluso para la realización de actividades culturales y deportivas en el propio domicilio. En definitiva la tecnología es una ventana a la cotidianidad. En esta pandemia la tecnología ha sido una gran aliada, especialmente para conectar a las personas.
Este hilo de comunicación ha ayudado a que las familias y personas mayores hayan podido mantenerse conectadas. Y también poder mantener, de manera fluida, contacto con sus amistades.
La brecha digital sigue siendo importante, sobre todo, para las personas muy mayores, pero habrá que garantizar el acceso a la formación de las personas, de manera lo más generalizada posible. Esta sensibilización a la tecnología debiera producirse “antes de cumplir muchos años” y promover la motivación para que, incluso en parejas de personas mayores, no se den situaciones de desigualdad en el acceso de la tecnología. Formaciones más creativas y alternativas pueden ser también la clave para despertar ese interés y promover un aprendizaje significativo.
Durante la charla, también se abordan los derechos de las personas mayores, el papel del voluntariado formal e informal y la realidad que se viven en muchos entornos asociativos donde la voluntad y el compromiso de las personas que forman parte de las juntas, hace que la maquinaria siga activa.
En este diálogo, también se reflexiona sobre el papel de los medios y el tratamiento informativo que se ha dado a las noticias relacionadas con las personas mayores. La estigmatización y el tratamiento desde el que se abordan las noticias, la falta de libertad y la autonomía de éstas, también es objeto de reflexión y se destaca cómo ha quedado en evidencia, es un punto claro de mejora y atención.
Las personas mayores tienen mucho que aportar y no necesitan esa sobre-protección que, en algunas situaciones, se produce desde las familias y las instituciones. No se pone en duda la voluntad de adoptar medidas con el objetivo de proteger la salud de las personas mayores, que son uno de los colectivos más vulnerables a la acción del virus. Pero el riesgo de “exceso de protección”, la prohibición expresa de salir de casa se ha traducido en una obediencia mansa y una pérdida de oportunidad de aplicar sus propios criterios y hacerlos valer.
¿Cuánto aprenderemos de todo esto? Nos quedamos con una reflexión que se produce entre bambalinas, durante la preparación de esta jornada: somos parte de un inmenso ecosistema con el que tenemos que ser respetuosos y agredir lo menos posible. Que cada persona cumplamos con nuestra parte y pedir a los poderes públicos un cambio en el reparto de presupuestos para ser una sociedad que cuida de sus personas.